Hay premios que celebran logros, y otros que celebran historias. La de Omar García, coordinador de investigación del programa de Diseño Gráfico de la Fundación Universitaria San Mateo, es una historia de constancia, de creer en los demás y de demostrar que la investigación también puede ser un camino muy humano. Por eso, la institución le otorgó el Premio San Mateo 2025, la máxima distinción académica que entrega la Fundación y un reconocimiento reservado únicamente para trayectorias verdaderamente excepcionales.
Aunque sabía que recibiría una distinción, para el profe Omar la sorpresa fue grande. “Cuando escuché mi nombre me puse nervioso, pero al mismo tiempo sentí una alegría inmensa. Este logro no es solo mío, es del equipo de investigación, de la dirección, de Ricardo Acosta, de todos los que han apoyado cada idea, incluso las más locas”, contó entre risas.
Su camino en la investigación dentro de la San Mateo comenzó hace 11 años, cuando pocos sabían lo que el grupo llegaría a ser. Sin reconocimientos, con recursos limitados y con muchos sueños por delante, Omar y su equipo construyeron un espacio donde los estudiantes no solo participan: son protagonistas.
“Creímos en las capacidades de los estudiantes, y en las nuestras. Descubrimos que el mundo estaba a un clic, y aprendimos a conectarnos con él. Fueron etapas diferentes, todas retadoras, pero llenas de emoción. Y hoy vemos que sí es posible hacer investigación de alta calidad desde acá” recuerda.
Esa visión, sumada al trabajo colectivo, llevó al grupo a convertirse en uno de los más destacados en investigación en diseño en Colombia, un logro que habla del talento, la disciplina y el corazón puestos en cada proyecto.
Para quienes lo ven como referente —estudiantes, docentes y colaboradores—, Omar deja un mensaje que resume su filosofía de vida:
“Se puede llegar lejos si tenemos buenas ideas, si cuidamos nuestras relaciones y si somos buenas personas. Aquí formamos profesionales, pero también personas éticas. Eso es lo más importante.”
El Premio San Mateo 2025 no solo celebra una trayectoria ejemplar, sino una forma de enseñar y de investigar que toca vidas, abre caminos y demuestra que los grandes logros nacen de creer profundamente en los demás.